martes, 14 de agosto de 2007

Necesitaba un Placebo, pero no tenía receta médica. Era 1999.




Descubrí hace más de 10 años y no por casualidad, a un grupo que me llamó la atención por sus letras llenas de sexualidad, desamor y otros universos líricos. Pero eso no queda ahí, como buen melómano pude descifrar que dichas letrasla eran acompañados por distorsiones a lo “Pixies” y golpes de batería que daban la forma a un sonido digamos "distinto". Todavía tenía la resaca del Ok Computer, disco que rompió mi la cabeza ya la dejó llena de hematomas internos que hasta hoy existe. Es gratuito decir, yo pasaba por un momento crítico. Así que necesitaba un “Placebo” no medicado para curar mi enfermedad o distraer mi espacio mental, y vaya q si llegó. "Burger Queen" el track 12 del disco "Without I'm Nothing" (segundo disco destape de Placebo) fue la canción que más escuche durante meses. Empezaba a escucharla en mis clases de creatividad publicitaria (servía de inspiración) y terminaba cuando estaba parado en el bus de regreso. Los 6 minutos de esa canción hacían por ejemplo, de ese trayecto un extraño momento de regocijo . Sólo observaba labios moviéndose, adivinaba lo que el cobrador me decía y le daba el valor del pasaje, todo con tal de no interrumpir para nada ni por nadie el espiral etéreo de esa hermosa canción. Un día entre ese espiral y el movimiento a lo Play Land Park del bus caí rendido, me dormí. El disco siguió corriendo 22 minutos después hasta que llego una canción brutal, a lo Sonic Youth. Brian Molko gritaba como si lo estuvieran frajelando en un callejón neoyorkino, después de unos riff medios nirvanescos la canción terminaba y yo despertaba de lo que parecía ser un trance. Cuando me digne a asomar la cabeza para ver donde carajo estaba, el reflejo del millón de luces que me cegó, pero finalmente pude darme cuenta que me había pasado del paradero donde me tocaba bajar. Asustado pero tranquilo, (extraña pero frecuente combinación en mi por cierto), baje por la puerta de adelante del bus. Le dije: "Gracias" al cobrador y todavía no entiendo porqué pero lo hice. Tome casi de inmediato otro bus que apuradamente pude detener, estaba vacío, pero eso no era lo mejor, lo mejor era que tenía a placebo para seguir el ritual del track 12 en el ahora viejo discman Sony que aun conservo con cariño.

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